Rincón abierto a los amantes de la naturaleza, la caza y la literatura venatoria.

jueves, 30 de junio de 2016

PASIÓN MONTERA



Creo que no se le pudo poner mejor nombre, pasión, en la acepción de "apetito de algo o afición vehemente a ello" según nuestro Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Apetito en el más reducido sentido de la palabra, de nuestra palabra montera. Apetito a oir sin ver o a intuir, a escuchar tronchar jaras, a vigilar el portillo por el que debe asomar las enveladas orejas sobre el hocico soñado. Apetito a oir música celestial en la sierra, el jai jai de un perro puntero que acentúa todos los sentidos. Apetito a oler a sierra, a percibir la esencia de la polvora envuelta en la fragancia del tomillo y el romero. Apetito a oir el corazón del monte, la voz del perrero alentando a sus valientes tras el guarro. Apetito a oir el desorden y la confusión en la tangana del agarre. Apetito a oir, ver y reunir a esos monteros de bien. Y no es otra cosa que esto lo que intentamos transmitir, y no hay más objetivo que el de reclamar nuestra libertad, nuestra afición vehemente, haciendo lo que más nos apasiona. 



1 comentario:

José María Ortega dijo...

Mucha suerte y enhorabuena