Rincón abierto a los amantes de la naturaleza, la caza y la literatura venatoria.

lunes, 26 de abril de 2010

REMINISCENCIAS


Edificaciones aisladas y singulares, muros macizos, como la piedra que los sustenta, blancos, como la cal que los viste... "campo, campo campo, entre los olivares los cortijos blancos",  cortijos marcados por una forma de vida,  toda una época  ha caido en un servil olvido, sumidos en una amnesia irrecuperable.

Paseando por los olivares toxirianos, sin otro objetivo que indagar por donde apeonan perdices y bregan los conejos,  al distinguir los cortijos hechos diminutos  puntos entre el mar de olivos, me he sumergido en el ayer, recordando aquellos momentos de una feliz  infancia en un cortijo  "La Cañada Oscura" propiedad de mi padre y sus hermanas.

Sentado bajo el espectro de un centenario olivo,  en soledad, contemplando la silueta  que dibuja  el cortijo con el horizonte, he soñando con los ojos abiertos, he visto llegar a los arrieros con "las bestias", me he subido, como de costumbre, en la mula torda a la que el manijero apoda Marisol, le he puesto de comer en la cuadra, he jugado en la era y en el pajar, he saltado la tapia del corral corriendo tras las gallinas, he trepado por el viejo almendro, desde donde se otea en la lontananza la fértil campiña toxiriana, he cogido leña de la palera ayudando a Carmen, la casera, a avivar el chisco, he llenado el cantaro  empapado en la cristalina y fresca agua del pozo, he observado a las mujeres lavando la ropa en una arcaica pileta de piedra, he ido con Fernando a buscar esparragos y me ha contado mil historias de sus colorines, en la lonja, al ocaso, he visto a los hombres hablar del tiempo, de la cosecha y de lo dificil que está la vida, mientras bebían unos chatos de vino en esa primitiva mesa de madera...

Irremediablemente he vuelto a la realidad, el ruido de un tractor ha roto el silencio, ese placentero sosiego en el que me hallaba abstraído y que me estaba regalando un celestial viaje treinta y tantos años atrás.

Nuestros cortijos, vestigios de nuesra historia, descubren entre sus ruinas aquellos tiempos pasados, aquellos tiempos colmados de esa intensa vida que se esfuma, desvanecida por el insalvable paso de los años.


La cañada oscura
Mirapan


Berríos