Rincón abierto a los amantes de la naturaleza, la caza y la literatura venatoria.

lunes, 8 de marzo de 2010

RECECHO INSOLITO


Miércoles álgido de mediados de noviembre del año 2.009, como suelo hacer cada noche, antes de una cita venatoria, cuidadosamente apaño el morral, en el que guardo los prismáticos, las balas, el cuchillo, la cámara de fotos, la documentación…, esta vez también los guantes y un gorro de lana, que el día se vaticina gélido, saco del armero el rifle lo miro y vuelvo a mirar, muchas veces quedo absorto pensando en no se que, me asomo al visor apunto aquí y allí y como de costumbre, al no haber suficiente espacio en casa, con sigilo, con la punta del cañón retiro lentamente la cortina del balcón justo lo suficiente para apuntar a una antena de televisión sin ser visto, la antena se transforma en el muflón que al día siguiente intentaré abatir en rececho y que pausadamente cruza por la óptica, todo un hábito  que ya se ha convertido en un verdadero ritual.

El despertador, esta vez tampoco suena, no le doy tiempo a ello, me desvelo en multitud de ocasiones y una hora antes de lo previsto ya estoy saboreando con tensa calma un café con el primer purito del día, que dicho sea de paso sabe a gloria, mientras tanto me calzo las botas, primero un nudo después una vuelta en la caña, seguidamente una lazada y para finalizar otro nudo, manías que tiene uno, me aseguro de no olvidar nada y me pongo en camino.

A la hora prevista y antes de las primeras claras del día tomo el segundo café en un bar de carretera cercano a la finca, donde he quedado con los gestores de esta. Esperamos a que llegue Paco, un señor de Sevilla que también va a recechar un muflón, viene acompañado por otro cazador que nos deleita narrándonos sus aventuras en safaris africanos.

Nada más bajar del coche observamos en lo más alto de unos riscos cinco o seis muflones, no recuerdo bien, hay uno que merece la pena por lo que nos disponemos a hacerle la entrada, no puedo esperar a encontrar otro mejor, es el segundo día que voy, la semana anterior no pude tirar y los muflones no se dejan ver, hay que aprovechar la oportunidad que hoy nos brinda la sierra. Decidimos entrar por detrás, ya que los “carneros” parecían haberse percatado de nuestra presencia pero no los encontramos donde esperábamos hallarlos, tuvimos que dar con celeridad, un giro de ciento ochenta grados esquivando las escarpadas riscas muy resbaladizas por el rocío de la mañana y allí estaban donde los vimos por primera vez, en todo lo alto aunque esta vez a tiro. Cuando encaré el rifle el corazón empezó fuertemente a palpitar, la boca quedó seca y una enérgica subida de adrenalina me hizo hacer un receso, aspirar aire profundamente varias veces y volver a encarar. Al disparo no vi al muflón, Jose me tranquilizó diciéndome que había caído por detrás pero que existía el riesgo de que se hubiese dañado los cuernos con las piedras, se había despeñado desde bastante altura.

Con más nervios que antes fuimos en su búsqueda, al llegar al sitio Jose dio una voz – Joder, que barbaridad, el muflón había quedado enganchado del cuerno, colgado en una rama de un arbusto que surgía de entre los peñascos, la imagen era desgarradora más propia de un aquelarre que de una cacería, la sangre que brotaba del cuello goteaba recorriendo todo el cuerpo del bóvido, no se me ocurrió otra cosa que preguntar que quién había hecho semejante atrocidad, respondiéndome - ¿Quién lo va hacer, sino tú? En un principio por la impresión que me causó no había relacionado el lance con la patética escena, puedo jurar que fue así.

Tuvimos que practicar escalada, no sin ciertas dificultades, para bajar al muflón, con la ayuda de Rafa pudimos rescatarlo, cosas de la caza, ese día tuve suerte pues a las nueve de la mañana había concluido el rececho y el muflón sorprendentemente no sufrió daño alguno en su cornamenta. Estuvimos toda la mañana disfrutando de la finca, tras el almuerzo Jose y quién escribe acompañamos a Paco, el señor sevillano al que antes hacía referencia, que no tuvo la oportunidad de tirar por la mañana, recreándonos también con el bonito muflón que abatió por la tarde.


 

  

  



El abatido por Rafa la semana anterior

 
El abatido por Paco


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito lo cuentas Eduardo!! Como nos alegrais las mañanas de los Lunes.

Un saludo. Nos vemos el Domingo 21 a las 8 de la mañana en el Bar Emilio de Carboneros.

Rafa Matiaces Teclemayer.

Anónimo dijo...

¿quien ha hecho eso con el pobre animal? ¿a quien se le ocurre colgar un muflon de uan encina en una pared de esas?

Eduardo, que preguntas tienes......
curiosidades que tiene la caza.
Bueno ya he estado un ratico cazando. Buena semana.

Juan Diego.

Anónimo dijo...

Como bien a dicho uno de los comentarios..que bonito lo as narrado.e disfrutado leyendo el lance.Un saludo

Un lector jovencito

Anónimo dijo...

Eduardo, si no te importa me puedes mandar informacion del precio del rececho y que finca es?
Estoy interesado en ir a matar un muflon puesto que el del corzo lo dejaremos para verano. Mi correo es albervacas@hotmail.com GRACIAS

Alberto Vacas

Anónimo dijo...

Esto es un fraude. No os dejéis engañar. El mouflón lo colgó el Guarda el día anterior al otro lado de la risca.
JMOR

JuanD. dijo...

Vallamos por partes.
¿El muflon estaba en el risco o en la encina?

¿estaba colgando ya de la encina?
jajajaja
Jmor, no seas borde, si con la cara que se le tuvo que quedar cuando viese el carnero colgando del arbol y chorreando sangre, ya vamos bien, ¿quien ha podido hacer algo asi?
(preguntaba el con el arma en la mano,)....

Cosas raras .
un saludo.

Eufemio dijo...

Lo que si es verdad, es que es un lace bonito, con un cobro un poco peculiar, mientras lo estaba leyengo, me preguntaba si podria ver el muflon colgado? y si que lo visto..muy bonita crónica Eduardo, y también muy bonito muflón. Saludos cordiales.

EDUARDO B. dijo...

Gracias todos.
Rafa nos vemos el 21 bajando perdices aunque sean postizas, pero seguro que echamos un día bueno.
Alberto te envío, en cuanto tenga un rato, información de la finca a tu correo.
JMOR se te olvidó decir que el guarda impregnó el muflón el día anterior con salsa de tomate, felicidades por los diez lustros.

José María Ortega dijo...

Me conmueve tu felicitación. Gracias Eduardo Y en base a ella, rectifico, que dicen que es cosa de sabios: El guarda no hizo ningún apaño el día anterior. Al tiro, el muflón se asustó, dió un pingo, se resbaló y se desnucó. La sangre es producto del traumatismo.
JMOR

JuanD. dijo...

No si al final veras como sale uno diciendo que el muflon lo tiro el año pasado y no lo encontró....
mira donde se había metido....

Ayer estube de caza un ratico con tu entrada, y hoy lo he hecho con jmor.
Por cierto he visto el video de un rececho que esta en youtube, pero ese no se te despeñó.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Chistttt! Callarseeee!
Protege la entrada al blog con contraseña, que como entre Juanu y vea la foto te discute el muflón.
Fdo/. Su primo.

JUAN EUGENIO ORTEGA dijo...

Vamos que no os enteráis o no queréis enteraros, que el muflón lo mató al volateo y eso tiene mucho merito al hacerlo con rifle y visor.

Bien contado y bien recuperado, pero la próxima vez o te llevas un helicóptero o que te lo cobren especialistas en escaladas, vayamos a poy......

Anónimo dijo...

Muchas gracias por la informacion, cuando sepas algo mas, me lo comentas, seria para matar un par de ellos.

UN SALUDO. ALBERTO VACAS